Mis obras en porcelana no son objetos rotos, sino fragmentados. Han sufrido las consecuencias del ejercicio de componerse y descomponerse, de revelarse como tazas, platos, teteras, y tijeras, al mismo tiempo que exhiben lo efímero de su construcción y materialidad como moldes de un complejo e inestable proceso de producción.
Investigo la memoria personal y colectiva de fragilidad mediante objetos que componen un universo femenino y siempre al borde de la destrucción.
(extraído de un texto de María José Mejías acerca de mi trabajo)
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